Función de las Glándulas Perianales de los perros: ¡Cuidado con esas “güevitas”!
No hay mejor bienvenida que recibir a tu nuevo amigo de 4 patas en el hogar, pero es importante que adecúes el espacio y las condiciones para que su adaptabilidad sea un proceso rápido, sencillo y satisfactorio. En este espacio te diremos qué debes hacer para no fallar en el intento… ¡Ponlo en práctica!
Los perros y los gatos, esos compas peludos, tienen dos glándulas o “sacos” ubicados a ambos lados del ano que producen un líquido de color amarillento con un olor intenso característico, que es su forma de lubricar la materia fecal y participar en la comunicación entre ellos.
Esas glándulas perianales se vacían cuando el perro defeca, pero algunos, especialmente los de razas pequeñas como caniche o chihuahua, pueden tener problemas para sacarles el contenido. Si esa secreción queda ahí, puede causar malestar e incluso llegar a una infección y la formación de un absceso.
Además de la raza, otros factores como deposiciones blandas crónicas, diarreas, estreñimiento, producción excesiva de secreción o falta de tono muscular pueden predisponer a esos problemas.
¿Cómo darse cuenta si un perro no vacía bien sus glándulas anales?
¿Cómo es el tratamiento?
En la primera etapa del tratamiento para regular la función de las glándulas perianales de los perros, bastará con vaciarlas mediante la compresión manual. Por otro lado, cuando hay infección con formación de absceso, toca drenarlo y se indicarán antibióticos y antiinflamatorios, siempre con un tratamiento adecuado indicado por el veterinario de confianza.
¿Cada cuánto hay que vaciar las glándulas perianales de los perros?
En base a la historia particular del perro y a los factores predisponentes, el veterinario de cabecera orientará sobre la frecuencia con la que deberán ir a consulta para control o vaciado de glándulas. ¡A cuidar bien de esos peludos!
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Escrito por: Juliana Falconieri
Medica Veterinaria Puppis
Notas más leídas
Aunque estas glándulas autorregulan su funcionamiento, es importante vaciarlas cuando sea necesario para que haya un equilibrio entre el líquido que produce y el que expulsa.
Bríndale una dieta que le cause heces más voluminosas, evita alimentos que causen estreñimiento y mantente alerta en caso que no pueda defecar con la frecuencia adecuada.
Lo sugerido es hacerlo una vez al mes de forma manual, sobre todo en perros que hayan tenido problemas con ellas o que no puedan realizar sus necesidades con normalidad.